Las articulaciones son las bisagras del cuerpo, es decir, aquellas partes que se sitúan exactamente en la unión de dos o más huesos, músculos, cartílagos, ligamentos o membrana sinovial. Están diseñadas, concretamente, para movilizar el cuerpo y soportar peso y, por ello, merece una especial atención al hacer ejercicio de impacto. En este artículo hablaremos de las funciones de las articulaciones y sus cuidados principales. ¡Vamos a ello!
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Índice de contenidos
¿Cuáles son las funciones de las articulaciones?
Las articulaciones son estructuras esenciales del sistema musculoesquelético que permiten la conexión entre dos o más huesos, facilitando el movimiento y proporcionando estabilidad al cuerpo humano. Sus principales funciones son:
- Permitir el movimiento: Las articulaciones posibilitan una amplia variedad de movimientos, desde los más simples, como la flexión y extensión, hasta movimientos más complejos, como la rotación y la circunducción. Esto es clave para actividades cotidianas como caminar, correr o levantar objetos.
- Brindar estabilidad al esqueleto: Aunque algunas articulaciones permiten un gran rango de movimiento, otras están diseñadas para proporcionar estabilidad y soporte estructural, ayudando a mantener la postura y el equilibrio del cuerpo.
- Amortiguar impactos: Algunas articulaciones, como las de las rodillas y la columna vertebral, están diseñadas para absorber impactos y reducir la fricción entre los huesos mediante estructuras como el cartílago articular y el líquido sinovial. Esto protege los huesos del desgaste y previene lesiones.
- Conectar los huesos: Las articulaciones unen los huesos del cuerpo, formando el esqueleto y permitiendo su correcta movilidad y funcionalidad. Sin ellas, los huesos estarían rígidos y sin capacidad de movimiento coordinado.
- Facilitar la movilidad coordinada del cuerpo: Gracias a la interacción entre músculos, tendones y articulaciones, el cuerpo puede realizar movimientos fluidos y coordinados, esenciales para la locomoción y la ejecución de actividades diarias y deportivas.
¿Cuántos tipos de articulaciones hay?
Existen tres tipos principales de articulaciones, clasificadas según su movilidad y estructura:
1. Articulaciones fibrosas (sinartrosis) – sin movimiento
Son articulaciones en las que los huesos están unidos por tejido conectivo fibroso, lo que impide o limita su movimiento. Ejemplos:
- Suturas del cráneo: Unen los huesos del cráneo y no permiten movilidad.
- Sindesmosis: Conexión entre huesos largos, como la unión entre el radio y el cúbito en el antebrazo.
- Gonfosis: Unión entre los dientes y los huesos maxilares.
2. Articulaciones cartilaginosas (anfiartrosis) – movimiento limitado
Los huesos están unidos por cartílago, permitiendo un movimiento leve. Ejemplos:
- Sínfisis: Como la sínfisis del pubis, que permite cierto movimiento durante el parto.
- Sincondrosis: Como la unión entre las costillas y el esternón mediante cartílago costal.
3. Articulaciones sinoviales (diartrosis) – movilidad completa
Son las más móviles del cuerpo y están rodeadas por una cápsula sinovial llena de líquido sinovial, que reduce la fricción y facilita el movimiento. Se dividen en seis tipos:
- Articulaciones esféricas (enartrosis): Como el hombro y la cadera, permiten movimientos en todas direcciones.
- Articulaciones en bisagra (trocleares): Como el codo y la rodilla, permiten flexión y extensión.
- Articulaciones en pivote (trocoides): Como la unión entre el atlas y el axis en el cuello, permiten rotación.
- Articulaciones condíleas (elipsoides): Como la muñeca, permiten movimientos en dos direcciones.
- Articulaciones en silla de montar: Como la base del pulgar, permiten movimientos amplios, pero no rotación completa.
- Articulaciones planas (artrodias): Como las de los huesos del carpo en la muñeca, permiten deslizamiento limitado.
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